El turismo, en todas sus vertientes, resulta siempre en una enriquecedora experiencia; nos lleva a descubrir diferentes destinos, paisajes, ciudades, selvas y playas, que lo mismo nos lleva a un viaje de introspección hacia uno mismo.
Recientemente, se llevó a cabo la primera Cumbre de Iberoamericana de Turismo Accesible (CITA) en la CDMX. En este evento, se plantearon temáticas relacionadas con la implementación de programas para la inclusión de personas de capacidades diferentes en la industria turística.
Tal como reconoce la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Código Ético del Turismo de la OMT, el turismo es un derecho fundamental para todos, incluyendo a todas aquellas personas con discapacidad.
Datos compartidos en la cumbre indicaron que alrededor de mil millones de personas en el mundo viven con algún tipo de discapacidad; mientras que ONU indica que para el año 2050, el 21 por ciento de la población mundial tendrá más de 60 años, lo que equivale aproximadamente a dos mil millones de personas.
En la actualidad, estos potenciales turistas se enfrentan a numerosas barreras físicas, operativas, de comunicación y de acciones a la hora de viajar, que rompen con la cadena del valor de la experiencia turística y provocan que los destinos turísticos no sean accesibles.
Beneficios de viajar en la tercera edad…
- Si bien las personas de mayor edad disminuyen su ritmo de vida a uno más pausado, el sedentarismo no contribuye con la calidad de vida y la velocidad del envejecimiento.
- Interaccion: Viajar permite al envejeciente manternerse actualizado física, social y culturalmente.
- La exposición al mundo exterior ayuda a generar nuevas experiencias y mantener el interés del mundo que los rodea.
- Hacer ecoturismo en la tercera edad ayuda a las personas mayores a respirar aire puro y estirar los músculos.
- Estimula el sistema nervioso y circulatorio disminuyendo problemas como la hiperensión arterial.
- Estados ansiosos y depresivos. Las personas que no viajan, y cuyos cerebros no están activos y socialmente conectados, tienden a disociarse y experimentar sintomas de depresión y ansiedad.
- Mantener la concentración: El exponerse a nuevas actividades y sitios mantiene el cerebro alerta y activo, lo cual redunda en la concentración.
- Estado de ánimo: Viajar y conocer nuevas personas y localidades redunda en el estado de ánimo y el carácter afable.
- Sociabilización e independencia familiar: Conocer nuevas personas y entablar nuevas amistades, ayuda no sólo al envejeciente, sino a la familia; de la cual se depende menos.
Debemos convertirnos en agentes de cambio, siendo empáticos por el de al lado, y no sólo por los ancianos, débiles visuales, sordos, con capacidades diferentes y enfermedades mentales, sino por todo ser vivo. El turismo, así como el cuidado del medio ambiente, debe ser un promotor para el respeto por nuestro entorno.
Apoyemos la inclusión e igualdad en cada aspecto social de la humanidad.
Estimular a los envejecientes y personas con síntomas de Alzheimer a viajar es brindarles mayor calidad de vida, pues la vejez no es el fin de la vida sino el comienzo de una etapa diferente y con nuevos objetivos.
Preguntas frecuentes de nuestros lectores:
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Last modified: 14 de abril de 2024
