Tradicionalmente, la palabra yoga tiene dos significados: estado de unión y camino para alcanzar ese estado de unión.
Cuando en yoga hablamos de unión, nos referimos a la unión mente -cuerpo, respiración-movimiento, unión con lo trascendental y con los distintos aspectos de nuestra humanidad.
Por otro lado, cuando hablamos de yoga como camino, la tradición menciona tres principales:
– Bhakti yoga o camino de la devoción, es el camino que toman quienes eligen servir, como la Madre Teresa de Calcuta.
– Jnana yoga o camino del conocimiento, que consiste en estudiar los textos sagrados.
– Hatha yoga o camino del movimiento, expresado en posturas, entre otras herramientas.
Este último tipo de yoga, el hatha yoga, abarca múltiples y diversos estilos de práctica, como: kundalini, naam, ashtanga, vijnana y anusara, entre otros. Todos ellos comparten su búsqueda de un estado de yoga como unión. Y se diferencian principalmente por su forma de hilar las posturas, por cómo relacionan el movimiento y la respiración y por cuánto énfasis ponen en otras prácticas, como puede ser el canto de mantras o la meditación.
Sin embargo, mi definición preferida de yoga es la de Desikachar, autor de “El corazón del yoga”:
“Yoga es alcanzar lo que antes fue inalcanzable”
En la práctica de yoga este aprendizaje o “alcanzar lo que antes fue inalcanzable” muchas veces sucede no sólo a nivel físico, ganando flexibilidad y fuerza; sino también en la percepción que ganamos de nuestro propio cuerpo.
Entonces, para aprender, el yoga comienza con la escucha. Durante la práctica buscamos serenar nuestra mente y poner atención a nuestro cuerpo. Así desarrollamos la capacidad de descubrir, por ejemplo, zonas de tensión y realizamos movimientos o posturas que las alivian.
También el yoga nos enseña a movernos más eficientemente. Muchas veces esto significa un desafío físico y mental, al tener que estar más presentes en nuestro cuerpo, tanto en la práctica como en la vida diaria. Por ejemplo observar cómo nos paramos, cómo nos sentamos, cómo nos movemos y la relación entre esto y nuestro bienestar.
Finalmente, creo que es importante destacar que el yoga es mucho más que una serie de posturas que se ven lindas en fotos. Practicar yoga es darnos un espacio para serenarnos, observarnos y fortalecernos y así alcanzar lo que antes fue inalcanzable.
Escrito por: Victoria Pino, maestra de yoga certificada por Lunananda Yoga, México
pino_victoria@yahoo.com
Preguntas frecuentes de nuestros lectores:
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El yoga ayuda a la salud mental al reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. Las prácticas de respiración y meditación del yoga contribuyen a una mayor relajación y conciencia mental, ayudando a gestionar mejor las emociones y fomentando un sentido de paz interior.
Es importante recordar que, aunque el yoga tiene muchos beneficios, cada persona es diferente y puede necesitar adaptar su práctica a sus necesidades y condiciones específicas.
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Sí, es posible practicar yoga en casa. Para comenzar, se pueden utilizar recursos como videos en línea, aplicaciones, o libros. Es importante crear un espacio tranquilo y cómodo, y empezar con prácticas adecuadas a tu nivel de experiencia.
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El yoga fortalece varios grupos musculares, incluyendo los abdominales, los músculos de la espalda, los brazos, y las piernas. Además, mejora la flexibilidad, el equilibrio y la postura, trabajando músculos que a menudo se descuidan en otros tipos de ejercicio.
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Sí, se puede practicar yoga durante el embarazo, pero es importante elegir posturas seguras y adecuadas para esta etapa. Se recomienda consultar con un médico y participar en clases de yoga prenatal, que están diseñadas específicamente para embarazadas.
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Last modified: 2024-09-07T13:30:46+10:00
