Lavar los Alimentos es la Primera Línea de Defensa Contra los Parásitos Intestinales
Los parásitos, como cualquier organismo buscan sobrevivir reproduciéndose lo mas rápida y eficientemente posible, para ello buscan el mejor huésped para proliferar, cuida de que no seas tú!
Los parásitos intestinales son pequeños organismos que se alojan en el intestino humano y se alimentan de los nutrientes que consumimos. Pueden ser protozoos unicelulares o helmintos multicelulares, y cada tipo tiene sus propias formas de afectar nuestra salud. Estos parásitos pueden causar desde molestias digestivas leves hasta graves problemas de salud si no se tratan adecuadamente.
¿Cómo se Adquieren los parásitos intestinales?
Consumo de Alimentos o Agua Contaminada
Imagina un día de verano en el que decides comprar una ensalada fresca de tu mercado local. Las hojas de lechuga no han sido lavadas adecuadamente y contienen huevos de parásitos. Al ingerir esta ensalada, podrías estar introduciendo estos parásitos en tu sistema digestivo. De manera similar, beber agua de un pozo no tratado o de una fuente natural sin hervirla primero puede llevar a infecciones parasitarias.
Mala Higiene Personal
Un ejemplo clásico de mala higiene personal es no lavarse las manos después de usar el baño. Imagina que estás en una fiesta, usas el baño y, en tu prisa por volver a la diversión, olvidas lavarte las manos. Luego, tocas los aperitivos compartidos y puedes contaminar la comida con bacterias y huevos de parásitos que podrían infectar a otros invitados.
Contacto con Superficies Contaminadas
Considera un día en el parque con tus hijos. Los pequeños juegan en el arenero, que podría estar contaminado con heces de animales. Al tocar la arena y luego llevarse las manos a la boca sin lavarse adecuadamente, los niños pueden ingerir parásitos que estaban en la arena. Esto es particularmente común en áreas públicas donde no se puede controlar la higiene de todos los visitantes.
Cadena de Congelamiento Rota
Los alimentos congelados, como los vegetales y carnes, deben mantenerse a temperaturas específicas para prevenir la proliferación de microorganismos. Imagina comprar una bolsa de guisantes congelados que se ha dejado fuera del congelador durante varias horas en el supermercado antes de ser guardada nuevamente. Esta interrupción en la cadena de congelamiento permite que los parásitos y bacterias se multipliquen, aumentando el riesgo de infección cuando los consumes.
Comprar Alimentos Dañados
Comprar alimentos que muestran signos de deterioro es otro riesgo. Imagina encontrar una caja de fresas en oferta en el mercado local. Al inspeccionarlas, notas que algunas tienen moho o están magulladas. Consumir estas fresas sin desechar las partes dañadas puede introducir parásitos y bacterias en tu sistema, ya que los alimentos en descomposición son un caldo de cultivo para estos organismos.
Los Parásitos, Como Cualquier Organismo, Buscan Sobrevivir y Reproducirse
Los parásitos están diseñados para reproducirse y proliferar de la manera más eficiente posible. Una vez dentro del cuerpo, pueden localizarse en varios órganos y sistemas, dependiendo del tipo de parásito. Por ejemplo:
- Giardia lamblia: Este protozoo se aloja en el intestino delgado y se reproduce asexualmente dividiéndose en dos.
- Ascaris lumbricoides (lombriz intestinal): Los huevos se ingieren, eclosionan en el intestino delgado, las larvas viajan a través del torrente sanguíneo a los pulmones, y luego se trasladan de vuelta al intestino donde se convierten en gusanos adultos y ponen huevos.
- Ancylostoma duodenale (anquilostoma): Entran a través de la piel, migran a los pulmones y luego al intestino delgado donde se adhieren y se alimentan de sangre, causando anemia.
- Enterobius vermicularis (oxiuro): Las hembras ponen huevos alrededor del ano durante la noche, causando picazón intensa y facilitando la transmisión a través del rascado y la reinfección.
- Taenia solium (tenia): Los cisticercos se alojan en el músculo y, cuando se consumen, se desarrollan en tenias adultas en el intestino delgado, liberando proglótidos llenos de huevos.
Los parásitos pueden afectar varios órganos además del intestino:
- Hígado: Algunos parásitos, como el Fasciola hepatica (duela del hígado), se alojan en el hígado y los conductos biliares.
- Pulmones: Parásitos como Paragonimus westermani (duela pulmonar) pueden migrar a los pulmones, causando síntomas respiratorios.
- Sistema Nervioso Central: En casos graves, parásitos como el Taenia solium pueden formar quistes en el cerebro, causando neurocisticercosis. La neurocisticercosis es una infección del sistema nervioso central causada por la tenia del cerdo (Taenia solium). Ocurre cuando los cisticercos (larvas de la tenia) se alojan en el cerebro. Esta condición puede provocar una variedad de síntomas neurológicos, desde convulsiones, dolores de cabeza, problemas neurológicos (dificultades motoras, cognitivas y problemas de equilibrio.) e Hidrocefalia que es la acumulación de líquido en el cerebro que puede causar presión intracraneal elevada.
Los parásitos se alimentan de ti causando desnutrición y anemia
Algunos parásitos, como los anquilostomas, se alimentan directamente de nuestra sangre, lo que puede causar anemia y deficiencias nutricionales. Otros, como las lombrices intestinales, pueden crecer hasta tamaños sorprendentes y competir por los nutrientes que ingerimos, llevando a una desnutrición severa.
Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de parásito, pero aquí están los más comunes:
- Dolor Abdominal: Los parásitos pueden causar dolor e incomodidad en el área abdominal.
- Diarrea: Un síntoma frecuente que puede llevar a deshidratación si no se trata adecuadamente.
- Fatiga y Debilidad: Debido a la pérdida de nutrientes esenciales.
- Pérdida de Peso Inexplicada: Los parásitos utilizan los nutrientes, dejando menos para el huésped.
Los Parásitos Intestinales y sus medios de transporte.
1. Giardia lamblia: Transmitida a través del agua contaminada.
2. Ascaris lumbricoides (lombriz intestinal): Comúnmente encontrada en alimentos contaminados.
3. Ancylostoma duodenale (anquilostoma): Entra a través de la piel, generalmente al caminar descalzo sobre suelo contaminado.
4. Enterobius vermicularis (oxiuro): Propagado fácilmente en entornos cerrados como guarderías.
5. Taenia solium (tenia): Se adquiere al consumir carne de cerdo mal cocida.
¿Son Mortales los Parásitos Intestinales?
Generalmente, las infecciones por parásitos intestinales no son mortales si se tratan a tiempo. Sin embargo, pueden causar complicaciones severas si se dejan sin tratamiento, especialmente en poblaciones vulnerables como niños y personas con sistemas inmunológicos debilitados. Pero, hay excepciones que pueden ser extremadamente peligrosas y potencialmente mortales.
Parásitos que Pueden Ser Mortales
Uno de los parásitos más peligrosos es Naegleria fowleri, conocido comúnmente como la “ameba come cerebros”. Este parásito no es un parásito intestinal, sino una ameba que puede causar una infección cerebral mortal llamada meningoencefalitis amebiana primaria (PAM). La infección por Naegleria fowleri puede ser fatal en cuestión de días.
Prevee los Parásitos intestinales comenzando con el manejo de tus alimentos más delicados
1. Carnes Crudas o Poco Cocidas: Especialmente el cerdo, la res y el pescado.
2. Frutas y Verduras Mal Lavadas: Algunas de las frutas y verduras más susceptibles incluyen fresas, lechugas y espinacas. Estas pueden contener huevos de parásitos en su superficie.
3. Agua No Tratada: Proveniente de ríos, lagos o pozos sin protección adecuada.
4. Productos Lácteos No Pasteurizados: Pueden ser una fuente de contaminación si no se manejan adecuadamente.
Cómo Prevenir la Infección: La Higiene Personal es Fundamental
1. Lavarse las Manos: Siempre antes de comer y después de usar el baño.
2. Cocción Adecuada de Alimentos: Asegurarse de que las carnes estén bien cocidas.
3. Lavar Frutas y Verduras: Usar agua limpia y, si es posible, soluciones desinfectantes.
4. Beber Agua Potable: Asegurarse de que el agua esté tratada o hervida.
5. Mantener la Cadena de Congelamiento: Asegúrate de que los alimentos congelados se mantengan siempre a la temperatura adecuada.
Cómo Lavar y Consumir los Alimentos para Evitar Parásitos
- Frutas y Verduras: Lávalas bien bajo el chorro de agua limpia. Usa soluciones desinfectantes si es posible. Una gotas de yodo por un litro de agua para los vegetales es una buena forma de matar casi todos los micro organismos
- Carnes y Pescado: Cocínalos completamente para matar cualquier parásito.
- Agua: Usa siempre agua potable para beber y lavar alimentos. Si tienes dudas, hierve el agua antes de usarla.
La prevención es la clave para evitar las infecciones por parásitos intestinales. Con buenos hábitos de higiene y prácticas seguras en la preparación de alimentos, podemos protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias de estos invasores no deseados.
Nuestros Lectores preguntan:
Los parásitos intestinales se pueden adquirir al ingerir alimentos o agua contaminados, a través de mala higiene personal, contacto con superficies contaminadas o la rotura de la cadena de congelamiento de alimentos.
La higiene personal, el lavado adecuado de alimentos, la cocción completa de la carne y el consumo de agua potable son medidas clave para prevenir infecciones por parásitos intestinales.
En general, las infecciones por parásitos intestinales no son mortales si se tratan a tiempo, pero pueden causar complicaciones graves si no se tratan adecuadamente, especialmente en poblaciones vulnerables.
Los parásitos más comunes incluyen Giardia lamblia, Ascaris lumbricoides y Entamoeba histolytica. Se pueden tratar con medicamentos antiparasitarios específicos bajo la supervisión de un profesional de la salud.
cadena de frío Parásitos intestinales
Last modified: 2024-11-09T11:35:46+11:00