El águila arpía (Harpia harpyja) es una de las especies más grandes de águila.
Rara en toda su área de distribución, el águila arpía se encuentra desde México (casi extinta), a través de América Central y América del Sur hasta el sur hasta Argentina; siendo más común en Brasil, donde se encuentra en todo el territorio nacional.
Las águilas arpías viven en las copas de los árboles de las selvas tropicales de tierras bajas. Prefieren bosques intactos, pero también cazarán a lo largo de parcelas abiertas de tierra.
Por lo general, se encuentran en los niveles medio y superior de las copas de los bosques tropicales, donde pueden encontrar presas preferidas.
Suelen ocurrir por debajo de una elevación de 900 metros (3.000 pies), pero se han registrado en elevaciones de hasta 2.000 metros (6.600 pies).
Puede vivir aproximadamente 25 a 35 años en la naturaleza y hasta 40 años en cautiverio.
Las águilas arpías tienen una longitud de 86.5 a 107 cm (2 pies 10 pulgadas a 3 pies 6 pulgadas) y tienen una envergadura de 176 a 224 cm (5 pies 9 pulgadas a 7 pies 4 pulgadas).
Las hembras son normalmente más grandes con un peso promedio de 6 a 9 kg (13 a 20 libras), mientras que los machos pesan un promedio de 4 a 5 kg (8,8 a 11 libras).
Las águilas arpías poseen las garras más grandes de cualquier águila viviente, pueden ser tan grandes como las garras de un oso, y sus patas pueden ser casi tan gruesas como la muñeca de un hombre.
La coloración del águila arpía es de color gris oscuro, aunque son blancas debajo. Se destacan por sus prominentes crestas negras en la corona de la cabeza, la cual es de color gris pálido.
Tiene una excelente visión y puede ver algo menos de 2 centímetros (1 pulgada) de tamaño desde casi 200 metros (220 yardas) de distancia.
El color de ojos de estas águilas son generalmente marrones o grises, y al igual que el Halcón Peregrino tienen una visión muy aguda, la cual le permite cazar a sus presas desde gran altura sin que estas adviertan su presencia.
Sus picos son negros y sus pies son amarillos con garras negras.
Las águilas arpías se encuentran con mayor frecuencia en parejas, ya que forman parejas monógamas que se aparean de por vida, al igual que el Búho de las Nieves.
El área promedio ocupada por cada pareja reproductora se estimó en 4,300 hectáreas (11,000 acres).
Son cazadores solitarios que utilizan su agudo sentido de la vista para localizar presas arbóreas en espesos bosques tropicales.
Las águilas arpías pueden pasarse hasta 23 horas en busca de presas, aunque suelen cazar de día. Son increíblemente hábiles en vuelo y expertos en maniobrar a través de su denso hábitat forestal.
Un águila arpía es capaz, en una persecución seria, de alcanzar velocidades de 80 kilómetros por hora (50 millas por hora). También se aprovechan de otros mamíferos terrestres parcialmente arbóreos e incluso terrestres, como puercoespines, roedores, osos hormigueros, armadillos e incluso carnívoros relativamente grandes como kinkajous, coatíes y tayras, por lo que en el aire no es una exageración decir que está en la cima de la cadena alimenticia.
Ocasionalmente, este águila también se alimenta de otras aves como guacamayos, así como de reptiles como iguanas, tejus y serpientes.
Las águilas arpías usan vocalizaciones para comunicarse entre sí; así como exhibiciones visuales y vocalizaciones distintivas en rituales de apareamiento.
Nuestros lectores se preguntan:
El águila harpía tiene un cuerpo grande y robusto, con una envergadura que puede superar los 2 metros y un peso que puede alcanzar los 9 kg. Su plumaje es mayormente negro en la parte superior y blanco en la parte inferior, y su cabeza está coronada por una cresta de plumas negras que se eriza cuando está excitada o alerta.
El águila harpía habita en las selvas tropicales de América Central y del Sur, desde México hasta Brasil. Prefiere áreas de selva primaria densa y no perturbada, donde puede encontrar presas adecuadas y anidar en árboles altos y frondosos.
El águila harpía es un depredador especializado que se alimenta principalmente de mamíferos arborícolas, como monos, perezosos y coatíes. También puede cazar aves grandes y reptiles, así como capturar presas terrestres cuando tiene la oportunidad.
El águila harpía utiliza su aguda visión y sus poderosas garras para capturar presas en el dosel forestal. Suele acechar desde una posición elevada en lo alto de los árboles antes de lanzarse en picado hacia su presa con una velocidad y precisión asombrosas.
El águila harpía se enfrenta a diversas amenazas, incluyendo la pérdida de hábitat debido a la deforestación, la caza furtiva y la captura ilegal para el comercio de aves exóticas. Aunque está protegida por la ley en muchos países, sigue siendo vulnerable a la extinción en algunas áreas debido a la continua destrucción de los bosques tropicales.
El águila harpía desempeña un papel importante como superdepredador en los ecosistemas de las selvas tropicales, ayudando a regular las poblaciones de sus presas y manteniendo el equilibrio ecológico. También puede actuar como indicador de la salud de los bosques tropicales, ya que su presencia indica la presencia de hábitats forestales intactos y saludables.
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Last modified: 2024-09-22T13:30:49+10:00